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La comunidad inmigrante del Valle del Pájaro, en particular los trabajadores agrícolas indocumentados, enfrenta una mayor ansiedad debido al aumento de la aplicación de las leyes migratorias federales, lo que lleva a muchos a prepararse para posibles deportaciones asistiendo a talleres legales y designando tutores para sus hijos nacidos en Estados Unidos. Este clima de miedo también ha afectado el acceso a servicios esenciales, ya que algunos residentes evitan centros de salud como el Hospital Comunitario Watsonville, a pesar de las garantías de que se les brinda atención independientemente de su estatus migratorio.
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